Llegamos a Praga el 16 de agosto, y la ceremonia de inauguración sería al día siguiente a las 19:30h, así que ese primer día nos dedicamos a pasear por la ciudad, conocer sus sitios más representativos: la plaza de la Ciudad Vieja, el reloj astronómico (increíble obra de ingeniería del 1410), la Iglesia de Týn, las callejuelas hasta el Puente de Carlos con la Torre del puente de la Ciudad Vieja, el barrio judío donde se asentaba el guetto y donde todavía se conservan varias sinagogas y el antiguo cementerio judío, y por supuesto primera toma de contacto con el Castillo de Praga, que en realidad no es un castillo sino un conjunto palaciego enorme de diferentes edificios y su majestuosa Catedral de San Vito.