Por Alfredo Pulido




¿Como te iniciaste en el mundo del ajedrez?
Fué a principios de los 60, cuando coincidí con Domingo Moll Gómez de la Tía, que era – y es- un jugador de ajedrez muy inteligente, que se había trasladado de Ciutadella a Mahón para seguir el bachillerato quien me enseñó a mover las piezas y los rudimentos del juego.
La temporada 1960/61 comencé a jugar campeonatos y me hice con los títulos de campeón de mi pueblo (Es Castell), Menorca y Baleares. Jugué también el de España, en mayo de 1961, donde perdí 4 partidas, empaté otras 4 y sólo conseguí ganar 1.
Un palmarés sorprendente para lograrlo en un solo año ¿Cómo es posible?
Pues lo cierto es que no estudiábamos, pero jugábamos mucho. Tuve un buen maestro y buenos amigos de mi club que me ayudaron mucho cuando competía.
¿Crees que es posible lograr un palmarés así hoy sin estudiar?
Estudiando un mínimo y con un buen maestro a tu lado hoy sería posible hacerse con un campeonato de Baleares con un año de preparación, lograr hacerse con un título de España ya es otra cosa; el nivel, como es lógico, es mucho más difícil. Seguramente se necesitaría un año más de preparación.

¿Qué significa para tí el ajedrez?
Para mí el ajedrez comenzó siendo una diversión que hoy se ha mutado en una responsabilidad. Es decir, si estás en activo y tomas parte en un campeonato, como no te gusta perder partidas que puedan suponer la derrota de tu equipo, juegas con una sobrevenida responsabilidad sobre tus espaldas que te lleva a sufrir más, arriesgar menos y limitar tus posibilidades, cosa que no sucede cuando lo único que buscas es divertirte frente al tablero. Comprometerme a jugar hoy con gente joven supone primero contar con la salud, la tranquilidad y el descanso necesarios para jugar mínimamente bien, mientras antes, a los 15 ó 16 años, ponía los codos y era suficiente construir el árbol de las jugadas como hubiera hecho cualquier maestro. Era un mero ejercicio intelectual de creación, fácil, incluso añadiría.
Pero, en general, el ajedrez ha sido para mí una simple afición, al no haber podido estar preparando más ajedrez.
¿Pero te gustaría dedicarle más tiempo al ajedrez?
No, lo consideraría una pérdida de tiempo. ¿Ves? -Tomàs Serra me muestra una pila de libros y apuntes que se levanta sobre su mesa de trabajo varios palmos- este es el próximo reto escribir mi tesis doctoral de economía aplicada. Esto es lo que entiendo que hay que hacer, si tengo salud. Lo otro en mi modesta opinión sería malgastar el tiempo en una pura afición. El ajedrez no deja de ser un juego, muy bonito, pero nada más que un juego. En tu profesión puedes hacer algo más, un bien a la sociedad. Difícilmente lo harás con el ajedrez.
¿Alguna partida te ha quitado el sueño?
No me lo ha quitado y hoy tampoco me lo quita porque entiendo que ganar una partida es la excepción para mí porque soy más viejo, voy camino de los setenta años, me canso más y mil otras cosas afectan a mi juego. Afronto la partida con la idea de que voy a perder. Si gano me quedo contento y si pierdo pues es lo natural, lo que tenía que pasar.
¿Qué te parece la irrupción de ordenadores en el mundo del ajedrez?
Me parece extraordinariamente importante, como una especie de revolución. Los ordenadores y las aplicaciones al juego que nos ocupa han tenido una causa inmediata: el nivel medio se ha incrementado muchísimo y el tiempo de aprendizaje (aprendizaje y heroísmo, escribía Eugenio D’Ors) ha descendido enormemente. En mi caso no me ha costado en absoluto adaptarme a ellos y, de hecho, cuando tomo parte en un campeonato, cada mañana durante una hora u hora y media frente al ordenador (no conviene cansarse), preparo la partida de la tarde: mirando que juega mi adversario, buscando ideas para sorprenderle y repasando las líneas que previsiblemente vayamos a jugar para no equivocarme o bien para descubrir ideas ocultas que desconozca.
¿Has sido varias veces campeón de España de veteranos. ¿Como afrontas una prueba así: te preparas de alguna manera especial o vas con lo puesto?
Voy con lo puesto y como además puede suceder que lleve meses sin jugar, como por ejemplo me ocurrió en el último torneo celebrado en Mondariz.

Recuerdo que en aquella ocasión me acerqué al Puerto de Sóller con el fin de entrenarme un poco con mi amigo Jaume Mercant, presbítero. Jugamos unas partidas por la mañana y al día siguiente tomé el avión hasta Vigo para participar en el Campeonato de España de mayores.
Pero soy muy consciente de que esto no tiene futuro, no puede continuar, puesto que mientras viva, cada año tendré una año más, ¡qué perogrullada!, pero es que paradójicamente enfrente siempre tengo un adversario de 55 años y que cada año es más fuerte.
De los campeonatos que he ganado, incluyendo el 2011 que no conseguí ganar, mis adversarios directos han sido: en Calviá 2004, Emili Simón (MF), ex–campeón de España juvenil; en Sabadell 2009, González (MI); en Benasque 2010, Garriga (MI); en Alcúdia 2011, Juan Manuel Bellón (GM); y en Mondariz 2012, Zenón Franco (GM). Esto significa ir directos al fracaso.

¿No es aplicable aquí lo de que sabe más la zorra por vieja que por zorra?
No, porque el diablo no aguanta la tensión, se cansa, etc.
No es ningún secreto que en el último de 2012 el primer sorprendido fuera yo y es muy sencillo de entender: a priori sabes que para ganar tienes que lograr un performance de 2500 puntos de Elo, es decir, jugar el campeonato a este nivel, que es el que va a exhibir tu adversario principal, en este caso Zenón Franco. Para jugar a este nivel, has de alcanzar ocho puntos de nueve, no se puede perder ninguna partida. Para conseguir este objetivo, un jugador de 2200 necesita salud, no tener problemas, ejercicio físico diario para poder descansar bien, buen colchón, alimentación sana, rica en proteínas y vitaminas… y last but not least, suerte, mucha suerte y que !Dios te bendiga!.
De todas formas debo insistir en que en este caso concreto tuve mucha suerte ya que jugué las partidas clave con blancas. Te toca un Zenón Franco con negras y seguramente perderás, con blancas haces tablas y salvas el duelo.
Sin embargo el ritmo de juego actual es más ligero que el de antaño y no se llega a lo que se consideró la “fatídica cuarta hora” qué es cuando decían que los años comenzaban a pesar sobre el tablero…
Pienso que a los 70 años no se puede aguantar jugar una partida diaria a nivel de competición importante, aunque el ritmo sea más ligero o más rápido.
Mira, durante las Olimpíadas celebradas en Calviá, que creo que fue en 2004, (y te diré que perdimos más en imagen y prestigio que lo que nos costaron), jugamos el campeonato de veteranos de España. Las partidas comenzaban a las ocho y media de la noche y yo, todavía en activo, tenía que madrugar para trabajar.
Ya en la cuarta ronda me di cuenta de que mi juego sufría un fuerte bajón, cada día un poco antes y que así no podía continuar: O buscaba algo parar resistir o podía tirar la toalla. Empecé a tomar diariamente un complejo vitamínico y café antes de empezar la partida por la noche. Resultado: la quinta tablas y vencí en las cuatro últimas. Con ello el título de más de sesenta años y el derecho a representar a España por primera vez en los campeonatos de Europa y Mundial senior.
El coste o los efectos secundarios son obvios: si tomas café por la noche, puedes no dormir lo suficiente; si no duermes bien, no rindes en el trabajo.
No podemos dejar de mencionar que la gente que no tiene la formación ajedrecista necesaria, como yo, no sabe jugar bien al ajedrez y se cansa mucho más porque ha de buscar cada jugada sobre el tablero. La gente con escuela, con formación ajedrecística, puede jugar durante toda la noche sin apenas cansarse.
Hay gente mayor que yo, ahora pienso en Chernikov, un gran maestro de la escuela de Moscú, mayor que yo con el que me he enfrentado en diferentes ocasiones en campeonatos europeos o mundiales y con quien he tenido excelentes posiciones para ganar, he terminado declinando mi rey a causa de un agotamiento total, mientras que él no se cansa porque no tiene que hacer un ejercicio equivalente al mío para analizar la posición ni para encontrar el plan y las jugadas correctas sobre el tablero.
Se trata de jugadores profesionales cuya preparación y dedicación les permite comprender mucho más fácilmente lo que sucede sobre el tablero y con una técnica aprendida que parece como si su mano jugara sola.
Ya qué has hecho referencia a la importancia de jugar con blancas. Ultimamente se ha discutido sobre si esa circunstancia presenta, o no, una ventaja ¿Crees que sí la hay?
Yo creo que sí. Con jugadores fuertes, cuando juegas con blancas puedes realizar algún movimiento flojo que te haga perder la ventaja de salida, pero quedas en posición igualada y ello te permitirá, en muchas ocasiones, sumar medio punto. Al contrario, cuando llevas negras, caso de realizar un flojo movimiento, quedas en una posición inferior que te llevará a estar perdido de manera irremediable.

Si las circunstancias de la vida te lo hubieran permitido ¿Habrías obtenido el título de GM?
Ser Gran Maestro es como obtener un título universitario. Se llega con cuatro años de estudio y trabajo y si tienes talento, tal vez en menos tiempo. Pienso que para ser GM no se necesita ningún talento especial. Pero sí que se necesita talento digamos para llegar a los 2.700. En cambio obtener 2.500 está al alcance de cualquier universitario que lo quiera hacer.
Pienso que este sacrificio no merece la pena. He jugado y puntuado con GsMs, cuyo juego no considerado que fuera mucho más fuerte que el mío en buenas circunstancias.
¿Qué cambios ha experimintado tu juego con el paso del tiempo?
Creo que a medida que pasa el tiempo juegas cada vez mejor, con mejor base conceptual pero al cansarte más, los resultados son inferiores.
Por ejemplo, el gran maestro Mihai Suba, buen amigo y compañero de equipo en el pasado, en el club Santa Margarita, es un jugador que sabe hoy mucho más de ajedrez que en los ochenta, cuando se codeaba con los mejores del mundo (piensa que Kasparov en alguna partida no pudo vencerle), pero ¿qué pasa realmente?: Sencillamente que algunas veces, cuando llega el momento de ganar una posición superior, se encuentra cansado y no logra los resultados de antaño.
¿Cuales son las características de un buen jugador de ajedrez?
Kasparov enumeró toda una serie de buenas cualidades que debe tener un ajedrecista y a él me remito pero gozar de una buena salud, estar fuerte y aguantar las horas que dure un partida sin cansarse es fundamental. También contar con una buena preparación teórica y talento para intuir el medio juego y los finales.
Capablanca aconsejaba comenzar a aprender a jugar por los finales ¿Crees que ese consejo sigue siendo válido hoy?
A nuestro nivel casi te diría que no, porque llegamos a jugar muy pocos finales. A nuestro nivel lo importante es acabar bien la apertura y saber jugar el medio juego; porque finales jugamos pocos. ¿Cuántos? uno de cada cinco, tal vez.
¿Algún rival especial para tí?
Lo cierto es que no… quizá me ha quedado la espinita de no haber ganado nunca a un GM ruso y he jugado partidas con alguno de ellos con posiciones muy ventajosas que debería haber ganado pero no ha podido ser. He ganado a GM españoles, internacionales pero nunca a uno ruso.
Por ejemplo, me hubiera gustado poder ganar al mencionado Chernikov, con quien he jugado un par de veces y realizado buenas partidas.
¿Como ves el nivel de ajedrez en Baleares?
Si contamos a Paquito Vallejo, de mi pueblo natal, o a Arturito Pomar en su tiempo, diríamos que el nivel es extraordinario. Si prescindimos de ellos, diría que tenemos un nivel equiparable al del resto de Comunidades Autónomas. Estamos en la media.
Es cierto que hay comunidades que por su tamaño, ayudas o tradición histórica sobresalen más, por ejemplo Cataluña, pero nuestro nivel es bueno y creo no es inferior a la media nacional.
Lo que resulta más triste es que el Govern Balear no haya concedido nunca alguna ayuda al Campeón de España senior para poder acudir a los siguientes campeonatos del mundo o de Europa. La Federación Española ayuda en uno de los dos casos. El Govern Balear, en concreto la D G de Deportes, sin embargo no lo hace, incumpliendo incluso los compromisos generales de colaboración con los campeones de España de cualquier deporte o modalidad. Aquí no debe haber foto que interese. Es más, ni tan siquiera se han dignado contestar las cartas que les he remitido al respecto.
¿Debería potenciarse más el ajedrez en las escuelas?
Es un tema peliagudo. El ajedrez para muchos chavales puede ser una trampa. Mi año de ajedrez, a los 16 años, culminó con suspender el examen de Preuniversitario. Si entras en el juego y te va bien, como es muy bonito y engancha puede repercutir sobre tu carrera. Hay que andarse con mucho cuidado con el ajedrez.

Muchos defienden la parte positiva del ajedrez: ayuda a forjar el carácter, a lograr mejor concentración, a potenciar el desarrollo del cerebro… pero no ven la parte que tiene de celada y conviene poner luz en la sociedad sobre este aspecto: puede ayudar, desde luego, pero hay que tener cuidado.
Hay intereses creados sobre la necesidad de enseñar ajedrez en las escuelas y como hay este montaje en las escuelas, no se tienen en cuenta los aspectos negativos que pueden darse. Cuando viene un padre a decirme que su hijo quiere jugar al ajedrez, o que está jugando, lo primero que le pregunto cómo van sus estudios y qué notas tiene.
Un ejemplo que he vivido de cerca: mi hijo en La Salle, jugaba con el equipo del Sr. Frau al ajedrez. Un día le pedí que me dejara ver sus partidas y no vi nada excepcional en ellas, así que le recomendé dejarlo y estudiar más. A los 22 años era ingeniero superior y 5 años después había conseguido un cum laude para su tesis doctoral sobre inteligencia artificial.
El ajedrez es incompatible, a ciertos niveles, con la profesión y los estudios. Es el caso, por ejemplo, del economista Kennet Rogoff, hoy en día tan citado por sus estudios sobre endeudamiento y crecimiento del PIB, de la generación siguiente de Fischer y que jugó torneos internacionales e incluso llegó a jugar interzonales, es decir, un gran talento al más alto nivel. En un momento dado tuvo que decidir entre su carrera de profesor de Harvard o seguir jugando y no lo dudó, aparcó el ajedrez. ¿Cómo vas a preparar una carrera profesional o un doctorado teniendo que dedicar 5 o más horas al ajedrez para entrenar?
¿Cuales son ahora tus objetivos?
La tesis doctoral y jugar el campeonato de España de veteranos para defender el último título, sin confiar en que pueda lograrlo. La edad ya pesa mucho.
Para acabar… Carlsen o Anand
Pienso que Carlsen pese a la experiencia y fuerza de Anand.
Yo jugué con Carlsen en simultáneas en la Playa de Palma y comprobé lo diferente que era respecto de Kasparov, que iba a por ti desde la primera jugada.
De Kasparov recuerdo que en otra sesión en Maò me pidió tablas con peón de menos con la excusa de tener que coger un avión. Se las concedí y se largaba sin ni siquiera firmarme la planilla. Carlsen te deja hacer. Igualé con negras en una española y sacrifiqué pieza para complicar, pero a Carlsen tácticamente no se le escapó nada y me ganó en brillante estilo.
 

Privacy Preference Center