No tengo la intención de hacer una biografía sobre nuestro Arturito, podéis encontrar infinidad de entradas en la red y algunos libros fantásticos que hablan sobre él (en este artículo os pongo enlaces para que podáis consultarlos), solo me limitaré a disfrutar de lo que representa para mi.
El que Arturo Pomar haya fallecido a los 84 años este pasado día 26 de Mayo de 2016 no significa que no siga con nosotros, él sabe que vamos a seguir deleitándonos con sus exhibiciones sobre el tablero contra rivales increíblemente duros y haciendo resultados extraordinarios que superaron las fronteras del ajedrez, fue niño prodigio, estandarte de la Dictadura (mientras les interesó), abría los noticiarios de la época, era portada de la prensa nacional, referente para una sociedad necesitada de buenas noticias (años de post-guerra), es de agradecer el ver que la prensa nacional sigue recordándolo con cariño.
Aunque la memoria nos lleva principalmente a sus logros de juventud (tablas en partida de competición contra el Campeón del Mundo Alexander Alekhine a la increíble edad de 12 años) tenemos que recordar que siguió con sus grandes hazañas a una edad más avanzada, destacaría entre los 20 y 30 años (donde consiguió los títulos de Maestro Internacional y Gran Maestro) hizo frente a la invencible armada ajedrecística soviética jugando de tu a tu a mitos de las 64 casillas como Tal, Petrosian, Geller o las tablas contra el Gran Bobby Fischer en el 62 o las 2 partidas ganadas al segundo mejor jugador occidental del momento Bent Larsen, ver lo que consiguió y sobre todo en las circunstancias tan adversas en que tuvo que desenvolverse resulta impactante, os recomiendo que miréis alguna biografía suya y si sois de habla catalana os recomiendo el libro que escribió sobre él Jeroni Bergas (muy bien documentado y preciso), más abajo tenéis el enlace.
Desgraciadamente los ajedrecistas de las Islas no pudieron disfrutar demasiado de él en persona y se tuvieron que limitar a ver las noticias que salían en la prensa destacando sus logros, ya que desde muy temprana edad tuvo que “buscarse la vida” fuera de nuestras fronteras, al igual que las otras leyendas del ajedrez Balear, Juan Manuel Bellón y Paco Vallejo, pero los que unos pierden otros lo ganan y los jugadores de Cataluña pudieron disfrutar de primera mano sus producciones.
La salud no fue una de sus aliadas pero parecía que su privilegiado cerebro obligaba a su pequeño cuerpo a seguir luchando cada día como si fuera una partida de ajedrez larga y dura como las que estaba acostumbrado a jugar sobre el tablero.
Para terminar robaré una frase del Gran Maestro Español Paco Vallejo al tener conocimiento de su fallecimiento: “Descanse en paz Arturo Pomar, el más grande, el que nos inspiró a todos.”